Prólogo



    Clank.

    Clonk.

    Clank, clank.

    Bzzz. Brrr-bzzz.


    La repugnante luz que emanaba del techo envolvía la habitación oxidada, rodeando cada rincón con el zumbido incesante de los cables eléctricos crepitando. Las botas pisaban los parches desarticulados del suelo metálico. El Chamán se ajustó la máscara con la calavera impresa mientras se encontraba frente a la última puerta del pasillo. Dos hombres vestidos con trajes militares le cubrían la espalda, pero no para protegerlo, sino para asegurarse de que siguiera adelante.

    Chamán sabía que este era su trabajo más importante, su gran oportunidad. Por lo tanto, no dudó en abrir la puerta con total confianza. Contempló la habitación y su ánimo decayó al instante.

    Era claramente una oficina, algo de lo que le habían informado. Sin embargo, le costó ocultar su decepción al ver solo un escritorio desolado con una cinta y un walkman con los auriculares ya conectados. Cerró la puerta y dejó que sus escoltas esperaran fuera. Tras inspeccionar la habitación, lo único interesante parecía ser el mapa con unas cuantas marcas en rojo brillante, recién añadidas. Aparte de eso, ni un solo archivador, ni una planta. Solo otra luz triste y barata sobre su cabeza.

    -Hubiera preferido un montaje más impresionante. Una sala llena de jefes fumando o algo así, esperando para desanimarme...

    Miró distraidamente el mapa mientras cogía el casete y lo introducía en el walkman. Con dedos torpes, dejando que su propia falta de confianza le hiciera temer pulsar accidentalmente el botón de grabar en lugar del de reproducir, finalmente se colocó los auriculares bajo la máscara, junto al corazón. Sin embargo, tras el clic, la cinta no parecía empezar.

    Esperó un poco antes de asegurarse de que no la había puesto por la cara equivocada. No había indicaciones del lado por el que se debía escuchar, pero mientras volvía a mirar el mapa, una voz distorsionada finalmente lo saludó.

    -Agente Chamán. Lamentamos profundamente no poder ofrecerle un despliegue adecuado para su misión ni una sesión informativa apropiada. Tenemos poco tiempo. Se le enviará como unidad neutral especial para inspeccionar una de las ubicaciones de nuestros proyectos secundarios como parte de una misión de reconocimiento. No podemos revelar más información, ya que no podemos reconocer oficialmente esta operación.

    Por lo tanto, ¿probablemente me están enviando a una de esas picadoras de carne?

    -Su destino es la 17ª División. Por favor, prepare su equipo esencial lo antes posible y no llegue tarde si no quiere que le confundan con uno de los enemigos. Si alguno de los miembros te confunde con uno de sus objetivos, es posible que te nieguen la entrada. Y recuerda, no te involucres más de lo necesario. Solo tenemos que comprobar si las divisiones funcionan como se pretende o si tenemos que utilizar nuestros recursos en otras operaciones más rentables en términos de éxito. -Chamán miró el mapa y localizó la 17. -Asegúrate de no dejar rastro. Creemos en ti.

    El hombre solo oyó estática después de esa última frase. Se levantó y se aseguró de que no hubiera ninguna escena postcréditos. Una vez que estuvo seguro, cogió la cinta y la tiró al suelo para aplastarla con sus botas. Pero se quedó con el Walkman. Cuando salió de la sala, los dos agentes que lo escoltaban se tomaron su tiempo para abrir un paquete de cigarrillos.


    -¿Crees que este obedecerá como uncachorrillo? Parecía que en cualquier momento se iba a mear en los pantalones y salir corriendo.

    Su compañero se rió.

    -¿Y qué? No es que nos falten perritos falderos en la CIA.





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